Varietal: tango con estilo

El bandoneón anunció el comienzo de la presentación. Sonó quedito al principio pero después, como un ave que emprende el vuelo, desplegó sus alas y se hizo presente con fuerza y finura entre el ansioso público de la explanada del Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC) en Ciudad Universitaria. La gente esperaba a los tangueros argentinos una hora antes de comenzar el espectáculo que comenzó con media hora de retraso.

Pocos segundos antes de las dos de la tarde la música inundó la explanada y los rostros del público cambiaron súbitamente del enojo a la alegría más dulce. Tal vez pasó así porque, como dice el cantante argentino Jorge Espósito, “el tango es muy auténtico, no busca el aplauso fácil sino llegar al corazón”.

Con treinta años de trayectoria a cuestas, el rostro de Espósito refleja lo que dicen sus labios: “me sentí mejor aquí que en mi propia casa. El público mexicano es grandioso”. Vestido con smoking negro y un gran gusto por cantar tango, el argentino no duda la respuesta: su cantautor favorito de tango es Carlos Gardel “por supuesto”.

El bandoneón es un instrumento extraño. Rodolfo Roballos, director general de la dinámica compañía, explica al emocionado público que ese instrumento tan característico del tango nació en una iglesia de Alemania para acompañar las procesiones del pueblo pero que “terminó tocándose en los prostíbulos de arrabales argentinos”, lugar donde el tango tuvo sus primeros pasos.

A poco de comenzarse la presentación del grupo Varietal, una pareja apareció en el escenario: pasos elegantes y perfectos: el baile del amor provocó miradas de sorpresa y admiración entre el público. Paula Ballesteros y Fernando Gracia irradiaron la química que hay entre ellos al bailar.

“El tango es toda mi vida” comentó en entrevista Fernando Gracia, Campeón Mundial de Baile de Tango de Escenario 2007. Paula, su compañera de baile “fue un motor para mí en mi carrera”, sentenció sonriendo el bailarín mientras la miraba a ella que con sus ojos verde azules sonreía a los entrevistadores.

Ambos bailarines coinciden en su deseo al bailar tango; “queremos plasmar un nivel sensorial” más allá de los aplausos y las sonrisas del público que esta vez, conformado en su mayoría por universitarios, “fue un público respetuoso, excelente, que se entregó por completo”.

Y así fue. A pesar del exasperante sol, a pesar de la tardanza de la compañía Varietal para iniciar la presentación, última de una gira que han tenido por diversas ciudades de México, a pesar de todo eso, la gente aplaudió copiosamente cuando los bailarines se movieron al compás de “Verano porteño” del compositor Astor Piazzola. También coreó temas como “El día que me quieras” o “El ladrillo” de Carlos Gardel, interpretadas magistralmente por Jorge Espósito, quien se sintió muy feliz de ver tantos jóvenes siguiendo esta música tan auténtica que es el tango, un ave que voló apasionadamente aquella tarde de febrero.

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